Noches vestidas de gris
que acentúan tu mirada
y me miras con desdén
desde aquella madrugada
Viven ciegas tus lágrimas puras
de cristal que brota inerte
renaciendo en tu sonrisa
descubriendo la gran suerte
Días claros emborronados
por los grises de la noche
que despierta de sus sueños
de cristales en su molde
Cuanta pena en la alegría
de esos días que despiertan,
de esas noches que no acaban,
de esos ojos que me miran.
miércoles, 3 de marzo de 2010
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