viernes, 16 de octubre de 2009

agua y escuela




Quizá la poesía muera de aburrimiento,
de promesas incumplidas y misterios irrevocables,
de angustias, despropósito, simplemente miedo
a los niños, a los negros, a los ángeles del cielo.

Quizá mi angustia se frene abatida,
por las lágrimas de cristal rodeadas
de pardos negros volantes,
que intimidan mis miradas.

Quizá el mundo se inunde de rabia,
por las sonrisas benditas que compadecen
las penas y las angustias
que producen sus visiones.

Quizá el día esté cerca
en que un trazo nos dibuje
las verdades de los mundos
las sonrisas de los niños.

Quizá fluya el agua desde la sabia tierra
hidratando aquellas grietas
que recuerdo en mis desvelos
y añoro en mis diarios.

Quizá con mil escuelas
con sus fuentes de riqueza
con maestros e ilusiones
siempre sean, siempre infantes.

Quizá algún día la cobardía
del que mancha con sus trazos
sea fuerte, sea cierta
para evitar que la vida,
que se pierde entre mis manos
y mis ojos lloran simpre
se repita incesante
suplicando a mi la muerte.

lunes, 5 de octubre de 2009

ideales de un maestro



¿Cuál fue la última vez que escuché aquello?

Creo que aún superando la treintena (por poco) no lo escuché nunca.
Quizá el nunca haber ejercido, o simplemente no el tiempo suficiente, me impide el hacerlo.

No es habitual, lo se de buena tinta, que el maestro sea recibido con los alumnos de pie, ni siquiera sería bueno que siguiera pasando. Tampoco es habitual el maestro tratado de usted, al igual que el respeto a su figura, a su autoridad o a su buen hacer.
Si es que ya lo leí en algún lugar... profesionales pésimos los hay en cualquier lado, también en el magisterio...

Pues sí, los tiempos han cambiado, los padres se han adaptado, o desadaptado según se mire, a las necesidades de su prole. Consolas, ordenadores, televisión y móviles han sustituido el cerebro de los hijos por una masa incomprendida, y a veces también incomprensible, y por ende los padres se han autoconvencido.

Es igual que hace años, cuando llegabas a casa algo pasado de vueltas del calimocho, vomitabas y a tu madre le contabas que habría sido de la hamburguesa en mal estado... Ahora, los profes cogen manía a los alumnos, por eso estos los ridiculizan o abofetean (en el mejor de los casos). Si el profesor tiene el coraje (por decirlo así) de llamar a sus padres estos se convencen de la historia, pero al revés, creyendo a los hijos, como la historia de la hamburguesa... Antes tampoco pasaba, aunque el profesor fuera un gilipollas integral, sus clases infumables y su método el peor, siempre tenían razón.... y tus padres lo afirmaban con una vehemente colleja, aún sabiendo que la verdad del maestro no era plena ¡Antes el error que el doble mensaje¡ Y nunca dudamos del amor de nuestros padres, a pesar de sus collejas.

Tampoco la escuela ha hecho sus deberes. Una sociedad altamente competitiva necesita una escuela que proteja a sus alumnos y apoye a sus familias, a su entorno... La escuela no actualizada no ofrece apoyos a familias humildes y trabajadoras, por el contrario les obliga a periodos estivales de tres meses, a navidades sin empleo y sueldo por sus niños en casa... y ofrece jornadas incompatibles con casi cualquier empleo, son entradas a las diez de la mañana o salidas a las dos de la tarde...
Se puede saber que familia humilde subsite con un sólo salario en casa, la hipoteca, los niños. pues supongo que para muchas es difícil. no me extraña.

La solución... compleja.

Podríamos comenzar por una actualización de la escuela a la realidad social en la que vive, una autoridad de los maestros refrendada por ley y respetada por los padres. Esta base de la escuela ayudará a los padres a colaborar en el aprendizaje de sus hijos, y si no es así, será la escuela, organizada, moderna y con recursos la que imparta su tarea con calidad profesional, con magisterio. Porque hoy por hoy, va a ser difícil legislar la educación que los padres deben dar a sus hijos.